El impuesto sobre la renta (IRPF): claves para entender su estructura y reformas recientes
El Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) es el tributo más relevante del sistema fiscal español, tanto en términos de recaudación como de impacto directo sobre los ciudadanos. Se trata de un impuesto directo, progresivo y personal, que grava la renta obtenida por los contribuyentes residentes en España.
En este artículo analizamos la estructura del IRPF, su funcionamiento, los cambios más recientes y las cuestiones clave que todo contribuyente debería conocer.
1. ¿Qué es el IRPF?
El IRPF es un impuesto directo y personal que grava la renta mundial de las personas físicas residentes en España. A diferencia de los impuestos indirectos (como el IVA), el IRPF se basa en la capacidad económica del contribuyente, lo que lo convierte en un instrumento clave para la redistribución de la riqueza.
Este impuesto afecta a:
Rendimientos del trabajo (salarios, pensiones).
Rendimientos del capital (intereses, dividendos, alquileres).
Actividades económicas (autónomos).
Ganancias y pérdidas patrimoniales (venta de inmuebles, acciones, etc.).
Rentas imputadas y otras rentas irregulares.
2. Estructura del IRPF: base imponible, tipos y tramos
El cálculo del IRPF se basa en varios elementos:
a) Base imponible
Se divide en dos componentes principales:
Base general: incluye salarios, pensiones, rendimientos de actividades económicas, alquileres, etc.
Base del ahorro: incluye intereses, dividendos, plusvalías mobiliarias o inmobiliarias.
b) Tipos impositivos
Base general: se aplica una escala progresiva estatal + autonómica (cada CCAA puede modificar los tramos y tipos).
Ejemplo base estatal (2025):
Renta (€) | Tipo marginal estatal |
|---|---|
Hasta 12.450 | 9,5% |
12.450 – 20.200 | 12% |
20.200 – 35.200 | 15% |
35.200 – 60.000 | 18,5% |
60.000 – 300.000 | 22,5% |
Más de 300.000 | 24,5% |
(A esto se suma el tipo autonómico, que varía por comunidad)
Base del ahorro:
Tramo (2025) | Tipo impositivo |
|---|---|
Hasta 6.000 € | 19% |
6.000 – 50.000 € | 21% |
50.000 – 200.000 € | 23% |
200.000 – 300.000 € | 27% |
Más de 300.000 € | 28% |
3. Deducciones y reducciones
El IRPF incluye una amplia gama de deducciones, reducciones y bonificaciones, que permiten ajustar la cuota final a pagar:
Reducciones por rendimientos del trabajo o autónomos.
Deducciones por inversión en vivienda habitual (limitadas a hipotecas anteriores a 2013).
Deducciones por donativos, maternidad, alquiler, familia numerosa, discapacidad, etc.
Mínimo personal y familiar: cantidades exentas según situación familiar y personal.
Estas medidas aumentan la progresividad del impuesto y se ajustan a las circunstancias particulares de cada contribuyente.
4. Cambios recientes en el IRPF (2023–2025)
En los últimos años se han introducido diversas modificaciones, algunas con impacto directo sobre autónomos y clases medias:
Ampliación del mínimo exento: El salario mínimo está exento de tributación.
Nuevo tramo del ahorro: Se ha incorporado un tipo del 28% para plusvalías superiores a 300.000 €.
Rebaja del IRPF para rentas bajas: Reducción del tipo marginal en los primeros tramos.
Cambios en el tratamiento fiscal de los autónomos: Nuevos sistemas de estimación objetiva y deducciones.
Revisión de deducciones por eficiencia energética en vivienda habitual.
Además, algunas comunidades autónomas han aprobado modificaciones propias en los tramos autonómicos, generando diferencias significativas según el lugar de residencia.
5. Controversias y retos del IRPF
a) Alta complejidad
La coexistencia de normativa estatal y autonómica, junto con numerosas deducciones y situaciones particulares, convierte al IRPF en un impuesto muy complejo, tanto para el contribuyente como para la administración.
b) Erosión por economía sumergida
El IRPF se aplica principalmente a rentas declaradas. La economía informal reduce su eficacia y genera injusticia tributaria.
c) Brecha entre rentas del trabajo y del capital
Aunque la base del ahorro tiene tipos más bajos, se ha debatido si debería equipararse más al tratamiento de las rentas del trabajo, especialmente en casos de grandes fortunas.
d) Necesidad de mayor progresividad real
Aunque el IRPF es formalmente progresivo, la existencia de beneficios fiscales, estructuras societarias y regímenes especiales puede limitar su impacto redistributivo.
6. El IRPF en perspectiva internacional
Comparado con otros países europeos:
España tiene una estructura progresiva moderada, pero con tipos efectivos más bajos que en países como Alemania, Francia o los países nórdicos.
La recaudación por IRPF en porcentaje del PIB está por debajo de la media de la eurozona, en parte por la economía sumergida y las exenciones.
Conclusión
El IRPF sigue siendo la pieza central del sistema tributario español, tanto por su peso recaudatorio como por su función redistributiva. Sin embargo, los cambios sociales, económicos y tecnológicos exigen una revisión periódica del impuesto para adaptarlo a una economía más digital, globalizada y exigente en términos de equidad. La clave será mantener el equilibrio entre progresividad, simplicidad, eficiencia y sostenibilidad fiscal.