IVA en España: tipos, evolución y comparativa con Europa
El Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA) es una de las principales fuentes de ingresos para las arcas públicas en España y en la mayoría de países europeos. Se trata de un impuesto indirecto que grava el consumo y que, pese a su omnipresencia en la vida cotidiana, suele generar dudas en cuanto a su funcionamiento, tipos aplicables y nivel comparativo respecto a otros países de la UE.
En este artículo analizamos en detalle los tipos de IVA vigentes en España, su evolución histórica, y cómo se posiciona el sistema español frente al de sus socios europeos.
1. ¿Qué es el IVA y cómo funciona?
El IVA (Impuesto sobre el Valor Añadido) es un impuesto indirecto que se aplica en cada fase del proceso de producción y distribución de bienes y servicios. Lo pagan los consumidores finales, pero lo recaudan las empresas, que actúan como intermediarios fiscales.
Este impuesto:
No depende de la renta del consumidor, sino de su consumo.
Es regresivo en términos relativos, ya que afecta proporcionalmente más a quienes dedican más porcentaje de su renta al consumo.
2. Tipos de IVA en España (2025)
En España existen tres tipos de IVA:
Tipo | % Aplicable | Ejemplos |
|---|---|---|
General | 21% | Electrónica, ropa, gasolina, servicios profesionales |
Reducido | 10% | Alimentos elaborados, transporte, hostelería, medicamentos no esenciales |
Superreducido | 4% | Pan, leche, frutas, verduras, libros, periódicos, medicamentos esenciales |
Además, ciertos bienes y servicios están exentos de IVA, como la educación, algunos servicios sanitarios, seguros y operaciones financieras.
3. Evolución del IVA en España
Desde su implantación en 1986, el IVA ha sufrido varias modificaciones:
1986: Introducción del IVA tras la entrada en la Comunidad Económica Europea. Tipo general: 12%.
1992: Subida al 15%.
1995: Se eleva al 16%.
2010: Se incrementa al 18% (en plena crisis económica).
2012: Última gran subida: se fija el actual 21%.
Desde entonces, el debate sobre su modificación ha resurgido en varios momentos, especialmente en contextos de ajuste fiscal o inflación. Sin embargo, los tipos actuales se han mantenido estables desde 2012, pese a sugerencias de organismos como el FMI o la OCDE para reducir el uso de tipos reducidos.
4. Comparativa del IVA en Europa (2025)
Aunque España tiene un tipo general del 21%, este se sitúa en la parte media del ranking europeo.
País | Tipo general de IVA |
|---|---|
Hungría | 27% |
Dinamarca | 25% |
Suecia | 25% |
Finlandia | 24% |
España | 21% |
Alemania | 19% |
Francia | 20% |
Portugal | 23% |
Irlanda | 23% |
Luxemburgo | 17% (más bajo de la UE) |
En cuanto a los tipos reducidos, España también es de los países que más los utiliza. Esto tiene implicaciones en términos de eficiencia fiscal: una mayor dispersión de tipos dificulta la recaudación y genera distorsiones en el consumo.
5. Debate actual: ¿reformar o mantener los tipos?
La Comisión Europea y diversos informes técnicos han sugerido que España debería:
Revisar el uso extensivo de tipos reducidos y superreducidos, ya que muchos no están justificados por criterios sociales o redistributivos.
Simplificar el sistema, reduciendo las exenciones y aumentando la homogeneidad.
Evitar el “gasto fiscal oculto” que suponen los tipos reducidos, ya que impiden evaluar correctamente los beneficios fiscales.
Por otro lado, los defensores del sistema actual argumentan que:
Los tipos reducidos protegen a los hogares más vulnerables.
Una subida generalizada del IVA podría reducir el consumo interno y acelerar la inflación.
6. Impacto del IVA sobre los contribuyentes
Consumidores: Pagan el impuesto en cada compra, aunque en muchos casos no son conscientes de cuánto exactamente.
Empresas: Actúan como recaudadores. Descontarán el IVA soportado (compras) del repercutido (ventas) y liquidarán la diferencia a Hacienda.
Rentas bajas: Al tratarse de un impuesto regresivo, impacta más en hogares con menor capacidad adquisitiva si no hay medidas compensatorias.
Conclusión
El IVA es un pilar fundamental del sistema tributario español y europeo. Aunque España no tiene los tipos más altos de Europa, el uso extendido de tipos reducidos y exenciones limita su eficiencia recaudatoria. En un contexto de necesidad fiscal, inflación y transformación del consumo, el debate sobre una posible reforma del IVA está sobre la mesa. La clave estará en equilibrar eficiencia recaudatoria, neutralidad económica y justicia social.