La presión fiscal en España vs Europa: ¿realmente pagamos más impuestos?

La presión fiscal es uno de los indicadores más utilizados —y al mismo tiempo, más malinterpretados— en los debates económicos y políticos. En España, es habitual oír afirmaciones contradictorias: desde quienes aseguran que los españoles pagan demasiados impuestos hasta quienes afirman que el país recauda muy por debajo de sus posibilidades.

Para despejar estas dudas, en este artículo analizamos qué es exactamente la presión fiscal, cómo se compara España con el resto de Europa y qué factores influyen en esa diferencia. ¿Realmente pagamos más impuestos que nuestros vecinos? ¿O se trata de un problema de eficiencia recaudatoria?


1. ¿Qué es la presión fiscal?

La presión fiscal se define como el porcentaje del Producto Interior Bruto (PIB) que representa la recaudación total por impuestos y cotizaciones sociales.

\text{Presión fiscal} = \frac{\text{Recaudación total}}{\text{PIB}} \times 100

Este indicador no refleja lo que paga cada persona individualmente, sino la relación global entre lo que recauda el Estado y la riqueza nacional. Por tanto, no mide el esfuerzo fiscal real del contribuyente, sino el tamaño del sistema tributario respecto al conjunto de la economía.


2. Presión fiscal en España: datos actualizados

Según los últimos datos disponibles de Eurostat y la OCDE, la presión fiscal en España se sitúa en torno al 38% del PIB, mientras que la media de la Unión Europea está cerca del 41% y la de la zona euro supera el 42%.

Comparativa con algunos países europeos:

País

Presión fiscal (%)

Francia

47,0

Bélgica

46,0

Italia

43,5

Alemania

41,9

España

38,3

Portugal

37,8

Irlanda

21,5

Media UE

41,2

Fuente: Eurostat, 2024 (último ejercicio cerrado)

España se sitúa por debajo de la media europea, lo que pone en cuestión la idea de que el país tenga una fiscalidad excesiva en términos agregados. Sin embargo, hay matices importantes.


3. ¿Por qué España recauda menos?

a) Estructura del sistema fiscal

España depende en gran medida del IRPF, el IVA y las cotizaciones sociales, pero tiene márgenes más bajos en impuestos sobre patrimonio, sucesiones o fiscalidad medioambiental.

b) Economía sumergida

Se estima que entre el 20% y el 25% del PIB español escapa al control fiscal, lo que reduce de forma significativa la recaudación efectiva. Esto distorsiona la presión fiscal “real” y hace que el peso recaiga sobre un número reducido de contribuyentes cumplidores.

c) Deducciones y bonificaciones

El sistema fiscal español cuenta con numerosos beneficios fiscales (deducciones, exenciones, tipos reducidos) que reducen la base imponible, especialmente en el Impuesto de Sociedades y el IVA.

d) Mercado laboral

El alto peso del empleo temporal y los salarios bajos también reduce la recaudación por IRPF y cotizaciones sociales.


4. ¿Pagamos muchos o pocos impuestos?

Depende de cómo se mida:

  • En términos agregados, España recauda menos que la media europea.

  • En términos individuales, algunos tramos medios-altos del IRPF tienen tipos comparables a los de países con mayor recaudación.

  • El esfuerzo fiscal (relación entre los impuestos pagados y la renta disponible) puede ser alto para las rentas medias debido al menor poder adquisitivo.

Por tanto, no se puede afirmar categóricamente que en España se pague mucho o poco, sino que el sistema tiene problemas de eficiencia y progresividad.


5. ¿Cómo se puede mejorar la presión fiscal?

Para cerrar la brecha con Europa, el debate no pasa únicamente por subir impuestos, sino por mejorar la estructura y eficiencia del sistema:

  • Combatir la economía sumergida, reforzando los mecanismos de control y simplificando el cumplimiento fiscal.

  • Revisar los beneficios fiscales, eliminando aquellos que no cumplen objetivos económicos o sociales claros.

  • Ampliar las bases imponibles, reduciendo el uso excesivo de tipos reducidos (especialmente en IVA).

  • Reforzar la fiscalidad verde y correctiva, alineando el sistema con los objetivos de sostenibilidad de la UE.

  • Aumentar la progresividad, de forma que quienes más tienen contribuyan proporcionalmente más.


6. ¿Qué implicaría igualar la presión fiscal con la media de la eurozona?

Si España aumentara su presión fiscal del 38% al 42% del PIB, se generarían aproximadamente 45.000-50.000 millones de euros adicionales en ingresos públicos.

Este margen permitiría financiar:

  • Inversiones en sanidad, educación o transición energética.

  • Reducción del déficit y de la deuda pública.

  • Políticas redistributivas que reduzcan la desigualdad.

Pero también implicaría ajustes fiscales que deben calibrarse con cuidado, para no frenar el crecimiento ni desincentivar la actividad económica.


Conclusión

España no es, en términos globales, un país con una presión fiscal excesiva en comparación con sus vecinos europeos. Sin embargo, la baja recaudación relativa no se debe únicamente a tipos impositivos más bajos, sino a ineficiencias estructurales, economía sumergida y diseño fiscal poco óptimo. Abordar estos desafíos es imprescindible si se quiere garantizar una financiación pública sostenible y equitativa en los próximos años.

 

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